Dolores Cuenca López, natural de Almansa, más conocida como la Tía Loli para la familia Honrubia, con solo 19 años empezó a trabajar en la docencia.
Cuando con once años un
niño/a del siglo XXI está aprendiendo a dividir, Dolores empezaba esa etapa tan
temida en la vida de un adolescente: el bachiller. Ella quería ser comadrona
pero una profesora de su pueblo la convenció para que se dedicara a la
educación.
Cincuenta años después
cuenta como ha pasado su vida en aldeas, rodeada de párvulos
en una escuela pequeña, para terminar su etapa profesional inaugurando el Príncipe de Asturias, uno
de los colegios más prestigiosos de Almansa, y del que yo he podido disfrutar.
A pesar de su juventud, Loli explica que tenían
muchas ganas de salir de casa, aun sabiendo que tenían que enfrentarse a unas condiciones adversas:
CORTE DE VOZ: No es como
vosotros ahora, que a los 18 años os vais de casa, os vais a la universidad, os
lo pasáis muy bien, a una capital.
Nosotros éramos de pueblo y nos íbamos a una aldea, sin luz, sin agua, sin
nada. Tenías que pedir los favores para muchas cosas.
Ha
pasado mucho tiempo desde que empezó a estudiar y reconoce que ahora las cosas
han cambiado bastante. Los jóvenes se comportan de manera diferente y, por lo
que ella percibe, los padres no están implicados en la educación de sus hijos.
Soñar es
gratis y, por eso, si volviera a tener 20 años se dedicaría a la música, a ser
cantante, porque a Dolores Cuenca le gusta salir, viajar y, sobre todo, ser
joven.
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