No es ningún secreto que, en los tiempos actuales, las artes están
relegadas a un segundo plano en el sistema educativo. En muchas ocasiones, la
música es vista únicamente como una afición y quienes sienten verdadero interés
por el tema se ven obligados a recurrir a las academias especializadas en busca
de una formación de calidad.
Alfonso Castillo es profesor de guitarra y, desde hace un par de años,
director de la academia Appassionata de La Alberca. Al igual que muchos de sus
alumnos, comenzó a tocar desde pequeño. Le regalaron una guitarra por Reyes y
su curiosidad y la música popular hicieron el resto:
Lleva 20 años dando clases de música y la experiencia le ha enseñado que el
verdadero esfuerzo lo hacen los profesores de academia. En el conservatorio
buscan la excelencia y son estos profesores los que ponen a los alumnos en ese
nivel, para que luego consigan superar los exámenes de selección. Sin embargo, no
duda de que los aspectos positivos son mayores:
Los valores que aporta la música a los alumnos son infinitos para él: sensibilidad, respeto, solidaridad, trabajo en equipo, concentración… Resumido en sus propias palabras, todo lo necesario para ser buena persona:
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