Con ojos melancólicos, perdidos en algún recuerdo del pasado, Toni Gozalbes, de 50 años, habla sobre su experiencia en el servicio militar obligatorio. Toni pidió una prórroga para poder estudiar COU y en 1989, con veinte años y sin haber vivido nunca fuera de casa, viajó desde Alcoy a Lorca para hacer la mili allí. Fue una experiencia que le aportó muchas cosas, gracias a la cual pudo visitar lugares nuevos y conocer a amigos con los que aún mantiene el contacto.
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Toni destaca con nostalgia que guarda muchos recuerdos bonitos de ese año, y también que tuvo que pasar por momentos y experiencias muy duras. Lo que menos le gustaba del servicio militar era ver cómo algunos de los compañeros acosaban a otros y les maltrataban psicológicamente.
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Para él es una muy buena noticia que eliminaran la mili, porque ahora quien desea dedicarse a ello puede hacerlo de forma profesional y a cambio de un sueldo, sin que ese año de servicio obligatorio suponga un paréntesis en la vida de los jóvenes.
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Para Toni, en aquella época la mujer estaba muy restringida y había muchas cosas machistas en la sociedad, no solo el hecho de que las mujeres no pudieran hicieran la mili. Sin duda, para Toni Gozalbes hacer ese año significó un cambio innegable en su vida, ya que en Lorca conoció a la que hoy es su esposa y madre de sus dos hijas.
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